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¡ALEGRÍA EN EL FESTIVAL!

Hoy publicamos en IDEAL este balance, bienhumorado, sobre el Festival de Jazz tristemente terminado... A ver qué les parece, aunque no hayan ido.

Al terminar los conciertos, siempre resulta grato ir a tomarse un vino para comentar con los amigos las interpretaciones del día, los solos, las improvisaciones, las anécdotas, los detalles, etcétera. Pablo y Rafa, los camareros del Mesón Alegría, nuestro refugio hostelero aledaño al Isabel La Católica, comentaban que se detectaba muy buen humor en la gente que salía del Teatro.



Y no les falta ni ápice de razón porque los rasgos más definitorios de esta vigésimo novena edición del Festival de Jazz de Granada están siendo la alegría, las risas, la complicidad y el buen rollo en el escenario, un feeling que, inevitable y afortunadamente, se termina transmitiendo a la platea.

En ese sentido, el concierto de Stefano Bollani y sus Visionari resultó paradigmático ya que, además de ser un músico excepcional, dotado de una técnica prodigiosa, el “rompeteclas” italiano demostró ser un auténtico showman, maestro de la improvisación y del humor más irreverente. Por momentos, su concierto parecía convocar el anárquico espíritu de los Hermanos Marx, cuando Chico se sentaba frente al piano y ejecutaba cabriolas imposibles sobre el teclado.



Pero más allá de la vis cómica de Bollani, buena parte de los conciertos de este año están resultando alegres y festivos. Parece que el efecto Obama, además de esperanza e ilusión, ha provocado una inmensa sensación de dicha en todo el mundo, habiendo referencias constantes al “Yes we can” por parte de los músicos que suben a escena.

En un ranking de los conciertos más alegres del Festival, el segundo lugar lo ocuparía la sensualidad de Lizz Wright y el buen humor con que salió a escena, avanzando que le encantaban nuestro país y nuestra comida, que se encontraba muy a gusto y que intentaría hacernos pasar un buen rato. Y vaya si lo consiguió, aunque ella no se quedó atrás, llegando a interrumpir el arranque de alguna de sus canciones por verse atrapada en mitad de un ataque de risa tan sana como contagiosa contagiosa.



Michael Mossman, por su parte, jugó con los espectadores de su concierto, invitándoles a descubrir qué canción se escondía tras unos excelentemente terminados arreglos en temas clásicos como “Misty” o “Moon river” y, a sus ochenta y pico de años, Lee Konitz provocó la hilaridad del respetable al salir desde los camerinos tocando desenfadadamente unas casuales notas del “Bésame mucho” que el trío de Danilo Pérez acababa de ejecutar brillantemente.

Envidia provocó, por su parte, la alegría y generosidad con que los veteranos Dizzie Gillespie All Stars deleitaron al público en un concierto de más de dos horas y que terminó con la sintonía de un tema muy especial: Misión Imposible. Efectivamente, una auténtica misión imposible, aburrirse en este extraordinario Festival. Hasta el más serio e introspectivo Nicholas Payton terminó su concierto al dicharachero son de una típica canción de banda callejera de Nueva Orleans y la exhuberancia de Chris Potter al saxo y de su incansable batería se transmitieron a un público entregado al mejor jazz del momento.

¿Y qué podemos decir de la traca final del Festival, a cargo de la Granada Big Band, acompañada en este caso por el cuarteto de Kurt Elling, unánimemente considerado como el mejor crooner del mundo? Más de veinte músicos sobre el escenario para demostrar que, este año, la música más alegre y festiva se ha adueñado de Granada.



El mejor resumen de lo que ha sido este Festival se lo dejamos a la sensual Eliane Elias, cantando aquello de “¡mira qué cosa más linda, más llena de gracia!”, de Vinicius de Moraes, con que la pianista brasileña terminó su repaso por las historia de la Bossa Nova en otro memorable concierto que ya nos hace ansiar la llegada del Jazz en la Costa y, por supuesto, la celebración de la trigésima edición de un Festival erigido en una de los citas imprescindibles en el calendario cultural de Andalucía Oriental.

La pregunta es, ahora, ¿qué haremos ahora en estas Round midnights, los alrededores de las medias noches de los fines de semana, sin música, sin jazz, sin trasnoches, sin cuates, sin amigos, sin Aliatar?


Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

10 comentarios:

Bomarzo dijo...

Granada tiene, sin duda, un gran festival que no debe envidiar a otras citas del norte. Ni mucho menos. Felicidades por tu festival de este año, muy saboreado por lo que he sabido.

Nefer dijo...

Por lo menos este año me puedo jactar de haber asistido a una de las mejores actuaciones, esa Lizz que se ma quedao grabada.
Espero el año que viene poder asistir a alguna más.

Como dice Rigoletto que esto parece Puerta Real que por aquí pasa todo el mundo, aviso que Novelpol ya ha publicado el relato de Eltercero, para quien no lo haya leído.

Besillos.

Jesús Lens dijo...

Avanzo que tengo nuevas 200 palabras que van a irritar.

El jazz, una maravilla. En mi caso ha obrado milagros. y no sólo musicales.

Néfer, me alegro un montón de que te gustara ese concierto!!!!

Anónimo dijo...

Ay el jazz ..¡¡

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

Los que somos pobres tuvimos que conformarnos con ver jazz en la calle, el sábado por la mañana. Ambiente bastante animado.

José Antonio Flores Vera dijo...

Amigo, leí esta mañana tu análisis y me ha servido para acerme una idea muy precisa del ciclo completo. Por cierto, que un camarero granadino diga que hay alegría es de mucho mérito, jeje.

Anónimo dijo...

Da la sensación de que mal, mal, mal, lo que se dice mal, no te lo pasas en el festi. Yo no lo he probado.
PREGUNTA: ¿Alguien tiene problemas con el blog de Vane? Cada vez que intento abriorlo, se me bloquea.
Rigoletto

PD Perdona Jesús, esta manía que tengo de considerar tu blog como Puerta Real, o como un tablon de anuncios, pero es que si no existiese internet, internet serías tú.

Anónimo dijo...

Discúlpeme el autor de este blog, pero el exceso y peloteo del comentarista anterior debería de avergonzarle a este señor de nombre tan operístico. Internet son máquinas pero tambien somos todos los que escribimos y nos explimacos.
Las personas siempre superan a las máquinas. Los aduladores no se superan ni a sí mismos.

Ademas de los anterior, me han gustado bastante sus explicaciones sobre la música jazzística. Se lo agradezco.

Jesús Lens dijo...

Alter, me alegro de que te gustara. La idea era esa. Que llegara a todo el mundo.

Manuel gradezco sus palabras. Entienda que en Rigoletto hay un guiño de amistad y complicidad, nada más.

Gregorio, buen jazz cllejero ese. Muy bueno.

Anónimo dijo...

Jesús, que tú eres todavía más hiperactivo que yo (que ya es decir), así que ya encontrarás otra distracción después de estas semanas de jazz, for sure.

Gracias por el resumen. El año que viene nosotros iremos a por más. Con Lizz nos llevamos un muy buen sabor de boca.

Claro