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I LOVE LIZZ WRIGHT

Hay dos tipos de conciertos. Los que, una vez terminados, quedan guardados en el baúl de los recuerdos y los que, al contrario, quedan grabados en la retina y el consciente inmediato del espectador, volviendo una y otra ve en forma de imágenes, momentos, sonidos y sensaciones.

El concierto que Lizz Wright ofreció en Granada, en el marco de nuestro imprescindible Festival de Jazz, fue uno de éstos.


Rico en matices, alegre y festivo unas veces, íntimo y melancólico en otras ocasiones; Lizz se metió al público en el bolsillo desde el primer momento, cuando apareció en escena descalza, ataviada con una enigmática túnica que la asemejaba a una diosa de ébano.


De inmediato dejó caer la túnica y la diosa se hizo carne, hermosamente humana, sensual, divertida, cómplice, simpática, vitalista. Anticipó que se encontraba de buen humor, que había comido bien, que le gustaba nuestro país… y que haría todo lo posible por conseguir que pasáramos un rato muy agradable.

Y vaya si lo consiguió.

Por ejemplo, con su singular interpretación del “Old man” de Neil Young. Y con su vertiente más blusera y melancólica, canciones de desamor y abandono. O con las más alegres y pegadizas, rozando lo puramente popero en algunas ocasiones.


Los músicos acompañantes, de dulce. ¿Han oído alguna vez un solo de batería realizado íntegramente con escobillas? Y el pianista, un cachondo mental que aporreaba las teclas con energía y talento a raudales.

Y las risas. Presentes durante todo el concierto. Y las palmas, los sugerentes contoneos, la sensualidad de una Lizz Wright que, cuando canta piezas como esta “Walk with me”… hacen que te plantees, efectivamente, dejarlo todo y emprender un camino sin retorno, siguiendo el rastro de una de las cantantas más sugestivas que jamás he tenido la oportunidad de conocer. Antes del concierto le había advertido a Néfer que si me veía cabecear, me diera un codazo. Que no soy muy de vocalistas en el jazz. De piedra se tuvo que quedar, viéndome babear todos y cada uno de los minutos que duró el concierto, como el adolescente que se enamora de su profesora.


Por eso se reía de mí Jesús Villalba (cuyo Blog “Sólo Jazz” no deben perderse para saber todo lo que pasa en el Festival) esta mañana, cuando le daba la enhorabuena por habernos regalado dos horas mágicas de música. “Pero si a ti no te gustan las cantantes de jazz”, me decía.

Y es verdad. Pero nunca es tarde para ver la luz y caernos del caballo ¿verdad?

Pues eso. Confieso que, anoche, me enamoré de Lizz Wright. Sin remisión.


Espero que a ustedes, queridos amigos, también les guste.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros, entontecío perdío.
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11 comentarios:

Unknown dijo...

Excelente blog

Feliidades

No camines delante de mí, puede que no te siga. No camines detrás de mí, puede que no te guíe...solo toma mi mano ...caminemos juntos y seamos amigos..

te dejo mis besos, bendiciones y rosas

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

¡Cómo sabes apreciar los buenos bocados! No sólo los nutritivos sino los musicales, culturales, deportivos,... Estás en todo y sigue así.

Anónimo dijo...

Aunque sabes que tampoco las cantantas son mi fuerte ... fue un concierto especial. Muy bien explicado lo de la Diosa de Ébano. Suscribo tus palabras.

Jesús Lens dijo...

Letizio, muchas gracias por esas cariñosas palabras. Siga con nosotros.

Nacir, fue un concierto glorioso. ¡Qué te digo! Que me enamoré de Lizz.

Gregorio, viniendo de ti, sé que es un halago muy especial.

Anónimo dijo...

Jesús, tranquilo no me quedé de piedra viéndote babear porque... yo también estaba babeando! También me he enamorao de esta tía... madre mía que voz, que sensualidad, que cuerpo! estoy con el emule echando humo, me encantó, y eso que yo no soy muy de jazz, así que tengo que darte las gracias doblemente, por invitarme al concierto y por descubrirme a esta diosa.. sí que sí!
Bravo!

Besillos.

María Martín Calvo dijo...

Capitán... de la novela negra a la música negra... todo es bueno y mejor...

Anónimo dijo...

I love her too!!!

Fue una suerte que la única entrada q teníamos mi husband y yo fuera para ese concierto. Lo disfrté de comienzo a fin. Magnífica reseña. Y una suerte veros allí, conocer a Nefer (un encanto) y charlar con vosotros.


Si ya me gustaba Lizz como cantante, he de reconocer que me quedé atónita con su espontaneidad, sensualidad y derroche de simpatía. Y los músicos, no se quedaron cortos! Me quedo con el batería y el pianista.

Sí, esa noche ya se ha instalado en la memoria. Sure!

Besos,

Claro

Anónimo dijo...

Esta voz me encanta. Tengo uno de sus discos, y hace tres o cuatro días lo saque´y lo estoy machacando. Ese acompañamiento sobrio, esa voz llena de matices... Al contrario que a ti, las voces femeninas en jazz me ponen y mucho: ya sabes mi devoción por Ella Fitzgerald, Sarah Vaughn, Billy Holiday (su Sophysticated lady es la sensualidad pura) Eva Cassidy, Nina Simone...
Os envidio a los blogueros que estuísteis por allí, que parece que asomasteis en tropel.
Buen día,
Rigoletto

Anónimo dijo...

¡Me van a pasar fotos del concierto, chincha¡ ....

Jesús Lens dijo...

Ay que tengo yo también fotos del concierto... a ver si las subo.

Grande, Lizz. Rigoletto, a mí es que me cuestan las cantantas, pero con ésta aluciné.

Por cierto, a ver si alguien compra un dico, que los de Greenpeace os van a denunciar por maltrato a la Mula jajajaja.

SieLitO BiChO MaLo dijo...

te dije que Lizz era la mejor...

un besote

Vane