Cuando he leído en IDEAL que la obra emblema del Milenio de Granada será un gran parque bajo el Serrallo, en plena de Vega, con cinco millones de metros cuadrados repartidos entre Granada, Huétor Vega, Cájar, Ogíjares y La Zubia y que, por tanto, será el doble de grande que el de Central Park, perdonen ustedes, pero me ha dado la risa floja.
Siempre he renegado del pesimismo granadino que, ante cualquier idea o proyecto, saca a relucir la proverbial mala follá de la tierra para poner pegas, ver inconvenientes y echar maldiciones y males de ojo. Porque en Granada no es que falten visionarios, es que sobran cenizos.
Pero miren por dónde, nada más saber del Megaparque de la Vega, me he ido al santoral para comprobar que no han cambiado de fecha el Día de los Inocentes. Porque pensar que en un plazo de cinco años se van a expropiar no sé cuantos millones de metros cuadrados de terreno correspondiente a cinco municipios distintos y se va a diseñar y construir un equipadísimo parque repleto de árboles, plantas, pistas de deporte, senderos, columpios y un largo etcétera... pues eso. Que no.
Cuando acaba de terminar un verano en que tampoco tenemos autovía costera, cuando estamos viendo en la prensa que el fabuloso espacio escénico-teatro de la ópera sigue siendo una quimera diez años después de plantearse la idea y, sobre todo, cuando asistimos a la actitud cainita y fratricida de nuestros políticos locales, siempre enfangados en sus miserias partidistas, en sus batallitas egocéntricas y en sus reinos de Taifas, es complicado creerse nada de ningún otro macroproyecto.
Por supuesto que me encantaría que el referido Parque del Milenio fuese una realidad allá por el 2013. Por supuesto que me parece una idea extraordinaria y que estaríamos ante el gran pulmón verde de la Granada del siglo XXI. No seré yo el que critique la propuesta por nada distinto a la más absoluta desconfianza en que en que podamos verla materializada algún día.
Políticos granadinos, trabajando por Granada con denodado esfuerzo.
Es el problema de tantos lustros de incumplimiento sistemático de promesas electorales y de empobrecedoras batallas que sólo han servido para que Granada, la ciudad y la provincia, hayan ido hacia atrás, como los cangrejos. Tenemos la fastuosa presa de Rules muerta de risa, una autovía sin luz al final del túnel y un proyecto de Teleférico a Sierra Nevada que no se cree nadie.
Lo siento pero, aún a riesgo de pecar de mala follaísmo y recalcitrante derrotismo, no me creo lo del Parque del Milenio. Ojalá que en unos años me tenga que tragar mis palabras, estando dispuesto a comerme con patatas esta columna. Pero la triste realidad de las últimas décadas nos hacen vaticinar que, si alguna vez tenemos un Parque Milenario de cinco millones de metros cuadrados, se inaugurará allá por el año 3.000, lo menos.
Jesús Lens Espinosa de los Monteros.
10 comentarios:
Qué quieres que te diga, hermano, que no hayamos hablado ya. De todas formas, lo patético de todo esto es el proyecto será zancadilleado desde dentro. Seremos los granadinos el principal problema.
Y qué más da lo que digan, si saben a ciencia cierta que incumplirlo no les va a acarrear ningún coste político.
Jorge
Jesús, leyendo tu reseña, me parece que eres optimista y condescendiente con nuestros políticos.
Esto me recuerda que hace mucho, mucho tiempo salió también cierto titular en el que se decía que "el Genil sería navegable como el Sena de París" y por ello se metieron en obras y ahí lo tenemos ahora el pobre, acumulando suciedad sin parar... y de navegable nada de nada. Sin comentarios.
Suave, muy suave a pesar de que está bien recordar lo incompetentes que son nuestros políticos. Pero igual de responsables que ellos somos nosotros, que contemplamos, sufrimos y nos quejamos pero no nos echamos a la calle a reclamar un crecimiento social, económico e intelectual (no digo cultural porque esto sería otra guerra) de los granadinos, así como el cumplimiento de los programas electorales por los que han sido votados y sentados en los sillones del consistorio y, por supuesto, del deber de todo representante de los ciudadanos de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos que lo han elegido. Soportamos y aguantamos que nos engañen, que dilapiden los presupuestos municipales en minucias intrascendentes y grandes obras innecesarias (léase el metro) y en deshacer lo que corporaciones anteriores han hecho, que hipotequen nuestro crecimiento y futuro a intereses puramente partidistas para beneficio de ellos mismos y que no nos dejen salir del último puesto del ranking nacional de renta, y todo ello porque somos incapaces de unir las voces y las manos para decir ¡¡¡basta ya de tomarnos el pelo, de insultar nuestra inteligencia y de aprovecharse de nuestros recursos y del pago de nuestros impuestos!!!. Ser un representante del ciudadano debería ser un honor, un orgullo y un compromiso desinteresado al que habría incluso que opositar, pero para los actuales políticos es sólo un medio para vivir (ellos) mejor.
Por cierto, lo de la celebración del milenio ….. alguien sabe qué va a ser más allá de que se cumplan diez siglos de la creación del Reino de Granada.
jomanalle
He leído tu columna en Ideal y coincido con "solidodemente". Me da la sensación que ya te resignas a lo que hay, cuando no debería de ser así. Sabemos la clase política que tenemos... también está en nuestra mano hacer algo, ¿no?
Un abrazo
Vaya por delante una disculpa por estar sumido en un pesimismo galopante y recalcitrante, pero es que pienso, tristemente, que tenemos los políticos que nos merecemos y que no son sino el mediocre reflejo de una sociedad mediocre y acomodaticia.
Los granadinos somos lo peor que les puede pasar a Granada!!! Estoy con Bomarzo. Y por eso, quizá, he sido "generoso" o estoy poco exigente. Porque pienso que la raíz del problema somos nosotros mismos.
Amigo Jesús, la imagen de los políticos locales duramente entregados a su trabajo en pro de la ciudad, es reveladora.
Somos especiales. Especialmente imposibles.
Saludos.
Sí es que además, lo que hay que hacer es dejar de atentar en la Vega, querido Álter, ni parques ni leches.
Yo desde hace ya muchos años nada me creo de estos politiquillos locales que han situado a Granada y Andalucía a lugares tercermundista. Por mí que se vayan comiendo ese proyecto y otros muchos con patatas. No me creo nada de estos aficionados.
Juan Antonio, y si al menos estuvieran así de cachas y fueran así de atractivos...
Alter, la Vega es una entelequia y está siendo devorada por mil lugares diferentes. Convertirla en un Parque no me parece mala idea, pero nunca se pondrán de acuerdo. Nunca.
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