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CHAMAMÉ



Sí. Efectivamente, “Chamamé”, de Leonardo Oyola, es un western. Y una road movie. Y una novela salvajemente negra y criminal. Y una historia carcelaria. Que nos cuenta un abrasador amor fou. Y una tensa relación de amistad, traición, odio y venganza. Y un extraordinario repaso musical por las canciones de hoy y de siempre que más petan en una zona del mundo muy especial: la parte norte de Argentina, que linda con el área conocida como las Tres Fronteras.


Una road movie, un western salvaje en que los caballos han sido sustituidos por coches, pero en que están todas las claves del género, tal y como hemos señalado anteriormente. Una novela tan cargada de referencias de la cultura popular que, si las desgranáramos, nos harían falta cinco folios.



Y, sin embargo, Leonardo Oyola, aún siendo muy tarantiniana, ha dotado a su “Chamamé” de una originalidad y una fuerza que la convierte en una novela profundamente personal, escrita a través de un poderoso e hipnótico estilo, libre, único e intransferible. “Chamamé” es una de esas novelas que se devoran, más que leerse, de forma que sus poco más de doscientas páginas vuelan a un ritmo vertiginoso. De hecho, a mí que me gusta poner en la margen derecha de mi Bitácora los libros que estoy leyendo, la portada del “Chamamé” apenas si me aguantó ahí un par de días.



Estamos ante una de esas novelas que no esperan tranquilamente, en la mesilla de noche, a que la cojas al irte a la cama, para leer un par de páginas antes de caer en los brazos de Morfeo. Es una novela excitante y calentorra que te provoca para que, siempre que puedas, a cada rato, busques un hueco para cogerla, sí, pero en el sentido lúbrico y “argentino” de la expresión.



Uno se mete entre las páginas de “Chamamé” y ya no quiere dejar de acompañar al Perro Ovejero y al Pastor Noé en sus viajes por las carreteras argentinas, a bordo del Arca. Y pararse con ellos a tomar café y, llegado el caso, contemplar (de lejos) cómo utilizan al Hermano Fal o al Pastor Jiménez, nombres con que han bautizado a sus armas. A uno le encantaría conocer a la novia del Perro, escuchar con ellos unas canciones en el Jukebox y, por qué no, enfrentarse a los paracas que, recién salidos de la cárcel, acosan a nuestros antihéroes.



No sé cómo hace la gente de la editorial Salto de Página para encontrar a autores tan potentes como Leonardo Oyola o Carlos Salem, del que tanto hemos hablado estas semanas, pero hay que reconocerles un olfato extraordinario para descubrir voces nuevas y diferentes, personales y adictivas, en el mundo de la literatura negra y criminal.



De momento, los dos autores de su catálogo que hemos leído han resultado ser sobresalientes, no en vano, ambos son finalistas de los premios literarios de Semana Negra. Salem, del Silverio Cañada a la mejor primera novela de género y Oyola, del Hammett, el premio de literatura negra y criminal escrita en castellano más importante de nuestras letras. Con este aval, desde luego, seguiremos confiando en Salto de Página.



Jesús Lens Espinosa de los Monteros.




14 comentarios:

El Foces dijo...

Y que es "chamamé" no sera el "llamáme"? argentino... que el "yamamé" me recuerda algo...

Jesús Lens dijo...

Va despertando la curiosidad ¿no? Chamamé...

Jesús Lens dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
carlos salem dijo...

Con permiso de Jesús y en ausencia de Leo, intentaré aclarar el asunto. El Chamamé es un baile típico de la zona de Atina en la que transcurre la acción de la novela de Oyola. El chamamé se baila medio abrazados y a los saltitos, es tradicional que los bailes de chamamé terminen en violencia y navajazos. Al menos. así era cuando yo me fui de Argentina, hace más de 20 años.
Baile caliente, alegre y feroz, que no da descanso y parece creado para que los bailarines quemen rabia, deseos y dolores, eso es el chamamé, un título que le va como anillo al dedo al libro de Leonardo, aunque aquí suponga cierta dificultad inicial para saber de qué va. En cuanto lees la primera página, mi hermanito te atrapa y no te suelta, así, de una...

Jesús Lens dijo...

Un libro con banda sonora. He puesto el tema de los Guns & Roses pero podrían haber sido decenas.

Muchas gracias, Carlos, por tan oportuna aclaracón, que me viene como anillo al dedo ;-)

Anónimo dijo...

Foces,que gracia con lo del llámame argentino!Cuando pronuncié el título en voz alta fue lo primero que pensé!!.Gracias Carlos por las aclaraciones.Curiosidad por la novela sí que habeis despertado...sois unos provocadores,aunque puede que quizás el verano no sea la mejor época para una novela,en palabras de Jesús,"excitante y calentorra"...en fin...me resulta intimidadora..
Olaya

Jesús Lens dijo...

Olaya, no te dejes intimidar, que la novela está muy bien y se lee de un tirón. Calentorra, por lo vitalista y apasionada que es!!!!

José Antonio Flores Vera dijo...

Interesante descripción del Chámame hecho por Salem.
Realmente Salto de Página está haciendo un excelente trabajo.

Cristina dijo...

Para la SN de este año me he debido de leer como cien libros (vale, vale, con algunos no pasé de la página veinte; pongamos setenta y cinco), y Chamamé ha sido uno de las mejores, de largo. Como el mejor Jim Thompson aderezado con cultura pop sin complejos. Una patada en el estómago, virtual, y otra en el cielo de la boca. Esta segunda casi literal, te deja el paladar estropeado y luego todo lo que lees te sabe a cartulina. FERVOROSAMENTE RECOMENDADA.

Jesús Lens dijo...

Mi suerte, por aquello de los envíos, es que me he pasado a la ortodoxia más prusiana y a mí, la ortodoxia, cuando es buena, me pone. Mucho. Y eso me salva. Porque como dices, Cristina, "Chamamé" deja huella y provoca impacto y sensaciones.

Muy, muy recomendable.

Uf. Hoy escribía en un mail que va a haber hondonadas. Pero hondonadas!!!

Qué bien.

Mucho Chamamé.

Anónimo dijo...

Jesus por favor saca a los Gansos Rosas.
El Chamame es directamente una Cultura hecha musica. a partir de una tierra caliente y la mezcla de razas a partir de los guaranies que ya estaban, los jesuitas en el 1500, y las diferentes llegadas de los centroeuropeos a partir del 1880.
Como dato para buscar en la w. Antonio Tarrago Ros, apellido catala para un musico de Chamame actual y tradicional.
sus letras suelen pintar paisajes, desamores y desigualdades. Normalmente se acompaña con un grito llamado Sapucai. Aspero y largo con el cual el hombre de pata en el suelo suele espantar sus penas. Perdon me me deje llevar .Abrazos de Rodolfo. que quisiera tener todos esos Brolis a mano. Chau.

Jesús Lens dijo...

Pero ¿por qué sacar a los Gansos Rosas? En la novela tiene esa canción mucha presencia. Pero buscaré esta tarde algo de eso que me sugieres.

Anónimo dijo...

Chamame
El chamame, no es solamente un baile, es una expreción cultural de Corrientes(Argentina) donde nace. No solamente se baila a los saltitos. Se baile abrazados( como el tango) y arrastrando los pies. Es una música muy sensual donde se logra un acercamiento a la pareja muy espirutual. Les recomiendo buscar la pagina "el portal del chamame" allí podrán escuchar la música y ver como se baila. Es una experiencia única. Se las recomiendo. No terminan ni ha cuchilladas ni a trompadas.El que dice esto es porque nunca fue a bailar chamame.

Ovidio López dijo...

Llegó a mis manos un librito de poesías que trajo una prima de las Asturias, donde se mencionaba a un Centro Cultural Voces del Chamamé, ummmm como Correntino que soy, confieso un aire de desazón, será que mi chamamé tambien vino de España? comencé a investigar y encontré las razones que contienen estas páginas y pues bueno me llenó de orgullo que por lo menos el nombre hecho novela haya calado profundo en la cultura amplia y generosa de un centro literario español.... y la danza es todo eso,lo de Jesús Lens y lo del anónimo, en tiempo de andar de guapos, un encuentro chamacero, terminaba en mucho lío si alguien se hacía de la dama ajena... o en zonas de campo solía ser el fondo musical de enconos entre familias que terminaban muy mal.. tripas al aire... todo es parte de un largo proceso cultural