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LECTURA PARA UN RATO


Dejamos el reportaje que publicamos hoy en las páginas de Vivir de IDEAL, con motivo de la celebración del Día del Libro. Un lujazo la edición en papel. A ver qué os parece on line...

Dedicado a mi amigo Jorge.
Muchas felicidades a un lector voraz.



CUANDO despertó, el dinosaurio todavía estaba allí». Este célebre y bien conocido minicuento de Augusto Monterroso pasa por ser una de las piezas narrativas más cortas de la historia de la literatura. Un ejemplo de ese género que se ha dado en llamar 'ficción súbita' y que, pese a su extrema brevedad, conserva toda la fuerza y la capacidad de sugestión de la más poderosa narrativa.


En estos tiempos que, más que correr, vuelan; la brevedad es un activo cada vez más importante y valorado en la literatura. Ya lo anticipó Baltasar Gracián, a través de su célebre máxima: «Lo bueno, si breve, dos veces bueno».

Por tanto, hoy, Día del libro, vamos a hablar precisamente de libros que se leen en un día. O en medio. O en un rato. Libros, cuentos y poesías que podemos disfrutar, de una sentada, en el tiempo que tarda un autobús urbano en cumplimentar su recorrido, en el intervalo de espera antes de entrar a la consulta del médico o en esos preciados y preciosos minutos que tenemos entre que nos acostamos y caemos vencidos por el sueño.



Cuando hablamos de novelas, tendemos a pensar en gruesos tochos de cientos de páginas que nos tendrán felizmente entretenidos durante semanas enteras. Pero ello no tiene porque ser necesariamente así. Por ejemplo, Ernest Hemingway es recordado por novelas como 'Adiós a las armas', 'Por quién doblan las campanas' y, sobre todo, por 'El viejo y el mar'. Pero en realidad, a la historia de la literatura pasó por narraciones más cortas como 'Las nieves del Kilimanjaro' o 'La vida breve y feliz de Francis Macomber', en las que están todo el genio, la tensión y la fuerza de Hemingway, sus obsesiones, sus personajes y sus aventuras de cabecera.

Para que podamos disfrutar de la narrativa breve del Nóbel de Literatura, Lumen publicó el año pasado una reedición de sus cuentos, nuevamente traducidos y prologados por un Gabriel García Márquez que decía lo siguiente: «Lo mejor que tienen sus cuentos es la impresión que causan de que algo les quedó faltando, y es eso precisamente lo que les confiere su misterio y su belleza».
Precisamente el padre del realismo mágico tiene publicados unos extraordinarios 'Doce cuentos peregrinos', explosiva mezcla de diversos géneros que, partiendo de reportajes periodísticos, guiones de cine, seriales de televisión y hasta una entrevista; sirven a Gabriel García Márquez para tejer una imbricada sucesión de piezas que tienen como denominador común la melancolía y la tristeza; no en vano, en su génesis hay un sueño de lo más perturbador: «Soñé que asistía a mi propio entierro, a pie, caminando entre un grupo de amigos vestidos de luto solemne».



Los escritores sudamericanos han sido siempre grandes cuentistas, en un sentido no peyorativo del término. Maestros del relato han sido Julio Cortázar, Julio Ramón Ribeyro y, por supuesto, Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges, autores que no sólo escribieron relatos y narraciones breves de apenas cien páginas, como 'La invención de Morel' o 'La muerte y la brújula', sino que también eran grandes lectores de este género breve, llegando a publicar distintas antologías, como sus famosos y atractivos dos volúmenes dedicados a 'Los mejores cuentos policiales'.

En este sentido, tenemos que destacar la edición en bolsillo de todas las novelas breves de Paco Ignacio Taibo II protagonizadas por uno de sus personajes más carismáticos: el detective Héctor Belascoarán Shayne, un tipo de lo más peculiar que se pasa la vida desfaciendo entuertos por un México DF siempre desbordante, hiperbólico y electrizante.



El uruguayo Eduardo Galeano acaba de publicar 'Espejos', subtitulada como 'Una historia casi universal', y es fiel a un estilo muy personal, que lo hace muy atractivo al público. Sus libros están confeccionados con pequeños y cortísimos bocados de realidad que atraviesan el tiempo y el espacio para contar cientos de pequeñas y desconocidas anécdotas protagonizadas por todo tipo de personas. Unas son conocidas, de Mozart a María Antonieta. De Sandino a Julio César. Otras son anónimas. Pero en veinte o treinta líneas cada vez, Galeano evoca momentos de la historia en que el protagonista es, siempre, el ser humano.



Escritores humanistas

La narrativa breve ha sido muy utilizada por escritores humanistas que apelan a lo mejor de las personas. Antoine de Saint-Exupéry apenas necesitó de un centenar de páginas para contar lo que pensaba sobre temas como la amistad, el sentido de la vida o el amor. Revestido de la apariencia de un cuento infantil, 'El principito' ha cosechado un éxito universal, traducido a ciento ochenta lenguas y dialectos, ilustrado con los dibujos del propio aviador francés.


En la misma estela, Richard Bach escribió en 1970 'Juan Salvador Gaviota', una narración breve en que, a través de una gaviota, su autor hablaba sobre procesos vitales tan básicos y necesarios como son la exigencia propia, el esfuerzo, el sacrificio y la voluntad, siempre, de llegar más allá. Con tiradas millonarias, hoy sigue siendo libro de cabecera para miles de personas de todo el mundo. Igualmente contando una historia de superación personal y en clave de ciencia ficción, el autor Orson Scott Card escribió una novela corta titulada 'El juego de Ender', muy bien acogida entre los aficionados al género. Por esta razón, el propio autor decidió rescribirla y alargarla, cosechando igualmente un notable éxito.


Igualmente exitoso ha sido 'El niño con el pijama de rayas' de John Boyne, que ha vendido cientos de miles de ejemplares de la historia de ese niño alemán que acompaña a su padre a Auschwitz. Allí conocerá a otro niño, que vive al otro lado de la alambrada. Y su relación le llevará a darse de bruces con una realidad que, todavía hoy, nos cuesta aceptar. Cuenta el autor que el primer esbozo de la novela lo escribió en dos días y medio, de un tirón, sin apenas dormir. Y esa intensidad, desde luego, se nota en la tensión que destila cada una de sus páginas.
Hay otros libros, como 'El primer trago de cerveza y otros placeres de la vida', de Philippe Delerm, o 'El cerdo que quería ser jamón', de Julian Baggini, que posibilitan el que, con sólo leer un par de páginas cada vez, la imaginación del lector se desate, poniendo sus neuronas en funcionamiento. En concreto, el libro del cerdo lleva como subtítulo 'Noventa y nueve experimentos para filósofos de salón'. Situaciones curiosas que, de forma gráfica y amena, plantean al lector dilemas morales o filosóficos que le invitan a pensar en las posibles respuestas.



Y es que muchas veces tenemos el convencimiento de que, para expresar o transmitir ideas, es necesario recubrirlas de miles de palabras. Sin embargo, autores como Kafka, Rulfo, Salinger o Conrad están ahí para acreditar que no. Que no es necesario. Que la buena literatura también puede venir en frasco pequeño, como los mejores elixires. En 'La metamorfosis', Franz Kafka consigue transmitir toda la angustia existencial de una persona que, una mañana, se despierta convertido en un insecto. A partir de ese hecho, debe aprender a convivir consigo mismo, a pesar de las reacciones que su repulsivo aspecto provoca, incluso, entre los miembros de su familia. Por su parte, Juan Rulfo fue todo un precursor del realismo mágico con su 'Pedro Páramo', una novela tan corta como compleja en su estructura espacio temporal. 'El guardián entre el centeno' arrostra la desgracia de haber pasado a la historia popular como la novela que inspiró el asesinato de John Lennon. Una obra iniciática que habla en contra de la hipocresía y la falsedad y que, sin tapujos, describe situaciones tabú para la época en que fue escrita, como los devaneos con el sexo, el alcohol y las drogas. 'El corazón de las tinieblas' conradiano, por su parte, es una de las más duras y espeluznantes recreaciones de los efectos de la colonización en África. A través de una narración densa y espesa, la búsqueda de Kurtz se convierte en un descenso al fondo del horror, como después contaría Francis Ford Coppola en su magistral 'Apocalypse now', trasladando la acción del Congo a la guerra del Vietnam sin que la historia sufriera menoscabo alguno, lo que demuestra la universalidad de la misma.



Literatura en corto

Lo breve, interesa. Así lo ha entendido La Fábrica Editorial, al poner en marcha una interesantísima iniciativa de literatura en corto, que se presenta bajo esta premisa: «La colección BlowUp Novelas Cortas apuesta por este género breve (pero de largas resonancias), delicioso y codiciado por los lectores más exigentes. Entre el cuento y la novela hay un terreno inmenso y propicio a las grandes sorpresas. En él queremos estar».

Y están. Novelas intensas escritas por autores jóvenes y con mucho que contar. Novelas modernas y de actualidad en que las vidas cotidianas se ven sacudidas por acontecimientos inesperados, con reivindicaciones de huida y fuga de existencias banales y rutinarias, con mensajes recibidos por personajes tan peculiares como Mailer Daemon, ese ser enigmático que siempre se nos cuela en la bandeja de entrada de nuestro servidor de correo electrónico. Autores como Pablo Gutiérrez, José Eduardo Tornay o Doménico Chiappe dan sus primeros pasos en una editorial siempre atenta a las nuevas tendencias narrativas de alcance global.



Sorbos de poesía

Para disfrutar de la literatura cuando el tiempo escasea, haciendo un alto en el camino en la vertiginosa vida que las circunstancias nos impone, tenemos la posibilidad de leer poesía. Una dosis de versos, en el momento oportuno, puede ser la mejor solución para reducir las tasas de estrés y rebajar la tensión de un momento complicado. Igualmente, después de una intensa jornada de trabajo, nada mejor que dedicar un rato de lectura a la poesía. Leer, por ejemplo, alguno de los 'Veinte poemas de amor y una canción desesperada' de Pablo Neruda, siempre supone un enorme placer. O aprovechar una tarde para disfrutar de la prosa poética de 'Platero y yo', de Juan Ramón Jiménez.

Otra posibilidad, para aprovechar un único minuto, es paladear la enorme capacidad de sugestión y evocación de los Haiku, composiciones poéticas de origen japonés, compuestos de tres versos sin rima de cinco, siete y cinco sílabas, en los que siempre debe haber una palabra clave relacionada con la estación del año a que el Haiku se refiere.



La intención de este tipo de poesía, austera y sutil, muy influenciada por la filosofía zen, era describir fenómenos naturales, los cambios atmosféricos y de estaciones o, más sencillamente, la cotidianidad de la vida de las personas. Diecisiete sílabas para describir un momento o una situación, evitando que se pierdan en el tiempo al permitir al lector, después, volver a revivirlos. Una y otra vez.


Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

16 comentarios:

Twister dijo...

Está claro que la lectura es importantísima, yo ando ahora enfrascado en ella, de ahí mi abandono parcial del cine, sigo viendo películas...

El post es soberbio, ya no apunto más libros que sino no salgo de la librería, me arruino...

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Me encanta el día del libro, me encantan los libros, me encanta comprarlos y abrirlos por primera vez, me encanta leer, libros largos, cortos, de todos los géneros... es un inmenso placer y esta pasión se la debo a mi padre quien me ha inculcado el amor por la lectura y al que siempre veo con un libro en las manos. El día que sea profesora (que espero que sea pronto) si consigo inculcar a mis alumnos un mínimo de interés por la lectura podré darme por satisfecha, espero conseguirlo.
Saludos.
Nefer lectora.

Anónimo dijo...

Por cierto, Jesús, fantástico el artículo.

Anónimo dijo...

Maganífica selección, D. Jesús. No sé por qué, la literatura en breve, la lectura súbita, que contiene en poco espacio todo el desarrollo de una ob5ra, está quedando atrás por motivos editoriales y nos zampamos aunténticos quijotes, de 1000 p´ginas, que al margen de su calidad literaria, te dejan los brazos agujetados.
Has mencionado libros de realtos: propongo un libro de cuentos fascinantes sobre la tierra gallega. El bosque animado, de W. Fernández Flores. A mí el libro me fascinó.
Feliz San LÑibro a todos/as y un abrazo
Rigoletto

Houdini dijo...

buen articulo. Por si alguien se anima, ahora me estoy leyendo un extraño y curioso libro llamado "Rarología" que cuenta cosas raras, raras, raras sobre nosotros los humanos. Divertido.
El autor es un psicólog que realiza entretenidos experimentes como es que podeis disfrutar aqui:

http://www.oviedo.es/personales/comecoco/ilusiones%20opticas/prueba%20de%20atencion.htm

Un abrazo desde Santiago.
¡Vivan las nécoras!

M.

Jesús Lens dijo...

Nefer, ¡¡¡cómo me gusta esa ilusión!!! A ti te tendrían que dar la plaza ya. Sería bueno para todos los chiquillos.

Jose, gracias por citarme en tu Bitácora. Deporte y libros.

La vida.

Houdini, luego lo miro. Me da rabia llevar esta vida aperreá y no poder interactuar un poco más.

Twister, hay que sacar tiempo de debajo de las piedras!!!!

Y sí. ¡¡¡que vivan las Nécoras!!!

Anónimo dijo...

Jesús, perdona que no haya podido leer al completo este gran artículo, pero no obstante sí que te hago una consideración:

He visto y leído tu referencia a Pablo Neruda y su libro "Veinte poemas de amor y una canción desesperada"... ¡ y es una auténtica dulzura desesperante!

Felicidades por mencionar un libro de poemas de uno de mis 5 poetas de referencia.
Saludos poéticos a todos/as.

Regalos ROSAS por poemas. Alfa79

Anónimo dijo...

Éste que te escribe ama los libros casi tanto como a sí mismo. Gracias, Jesús por este blog y esta entrada. Un placer.
Dos matizaciones: Hay escritores sudamericanos que son muy cuentistas en el peor sentido de la expresión también.
No has hablado de mi libro que se lee en un rato. Jejejejeje.
Tío, un blacer.
Un indocumentado Bomarzo.

Anónimo dijo...

Muchas gracias amigo, pero desafortunadamente cada más menos voraz.

Al final vas a causar la bancarrota de más de uno a este ritmo.

Jorge

Jesús Lens dijo...

Bomarzo, muy bueno lo de los cuentistas peyorativos. Jajajaja!! Tu libro, para leerse en un rato, tiene mucha miga. De la esponjosa, que conste.

Jorge, más voracidad. Recuerda los consejos de Juan Bas.

Alfa, sorbos de poesía, como los que nos brindas en tu fantástica Bitácora, son necesarios para sobrellevar el peso de los días.

Un abrazo y a seguir leyendo.

Anónimo dijo...

Llego un poco tarde. ¿Soy yo el Jorge al que le dedicas el artículo? Me lo he apropiado, por si acaso. Es muy completo y ejemplar.

Twister dijo...

Ya me gustaría, Jesús, poder sacar más tiempo, ando con demasiado trabajo ultimamente y no puedo casi ni leeros....

Jesús Lens dijo...

Twister, que estás muy lector, carallo. No te agobies.

Amigo Volador, claro que estás felicitado. Por Jorge y por lector contumaz. Y por hacedor de Haikus.

SamurayaCanela dijo...

Jesús: ¡Qué buen artículo acerca de la narrativa breve!.En América Latina abundan los cuentistas que escribimos "cortito", que intentamos ser discípulos dignos del maestro Cortázar, de Borges, de Monterroso y otros que sin ser latinoamericanos, han formado parte de nuestra tradición literaria. Nuestra capacidad de síntesis fue exigida y exprimida en los tiempos de las dictaduras. En Chile, mi país, en los 80',los escritores recitaban a voz en cuello sus textos cortos, en plena calle, como una forma de resistencia cultural y política.El tiempo de lectura justo para terminar el cuento y poder huir de las manos de la policía que acechaba para acallar las voces disidentes.
Hoy contamos con narradores espectaculares en lo que es breve brevísimo, como Juan Epple, Pía Barros y Diego Muñoz. Y tenemos un encuentro internacional de minificción una vez al año, "Sea Breve...por favor", en el que se reúnen los más connotados. Para muestra, un botón:
"Golpe:
-Mamá ¿qué es un golpe?.- preguntó el niño.
-Un golpe es algo que te duele y deja morado donde te dio.- contestó la madre.
El niño abrió la puerta de su casa y todo el país que le cupo en los ojos tenía un tinte violáceo"
Este texto es de Pía Barros, que ha sido traducido a muchos idiomas, hasta al chino. Y alude, ciertamente, al país nuestro de cada día en dictadura.

Jesús Lens dijo...

¡¡¡Mil gracias por este comentario y por ese relato!!!

Te debo una lectura. Mil perdones. Es que no doy abasto.