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EL CASTILLO DEL LAGO ZHOU-AN

El mercado editorial español, a veces, tiene detalles tan elegantes, curiosos y llamativos como editar la traducción de una novela tan agradable, tierna y simpática como es “El castillo del lago Zhou-An”, del escritor francés Frederic Lenormand.


Cuando vi que la editorial Alea metía en su catálogo una novela policíaca que acontecía en la China medieval de la dinastía Tang, me picó la curiosidad ya que soy un enamorado de ese género negro y criminal que acontece en países lejanos y nos sirve para adentrarnos en los entresijos de culturas diferentes, extrañas y desconocidas.

Y de todas ellas, la china es una de la que me despierta mayor curiosidad. Por tanto, en cuanto tuve un hueco me lancé como un poseso a leer las peripecias del juez Di, quien viaja a través un caudaloso río junto a su fiel sargento Hong con dirección al nuevo destino que le ha caído en prenda, para tomar posesión de su cargo. Llueve. Y el río va demasiado crecido como para que la navegación no comporte riesgos y problemas, por lo que el juez se refugia en la posada de un pueblo inundado, quedando total y absolutamente incomunicado.



Y, en esas circunstancias tan extremas, aparece muerto un viajante de comercio de sedas. Tras una chapucera autopsia de circunstancias, el juez Di detecta que el hombre ha sido asesinado, por lo que empleará su tiempo en descubrir al asesino, mientras se encuentre incomunicado. Una investigación que le conduce al misterioso lago Zhou-An y a la familia que ocupa el castillo que hay a la orilla del mismo.


El autor, Frederic Lenormand


A través de una investigación de guante blanco, llena de elementos fantásticos y humorísticos, Lenormand teje una sencilla trama en que los personajes se relacionan entre sí de forma harto curiosa. En las noches hay más vida que durante los días, el vino corre a raudales y el servicio se toma ciertas libertades con los señores. El cocinero resulta patético en los fogones, un viejo loco se pasa la novela proclamando incoherencias y el juez Di se encuentra un tanto atribulado en mitad del caos reinante.

Hay apariciones fantasmales, más asesinatos y más crímenes por resolver. De la nada, surgen unos atractivos lingotes de oro macizo y también se produce alguna que otra pelea en esta deliciosa “El castillo del lago Zhou-An”, una novelita que no llega a las doscientas páginas y que se lee con sumo gusto al ser capaz de transportar al lector a un país lejano, en el espacio y en el tiempo.



Para pasar una tranquila tarde en casa, arrellanado en el sofá, disfrutando de una lectura sin pretensiones, sencilla, cómoda y agradable.

Que no es poco decir.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

9 comentarios:

Twister dijo...

Lo apuntaré ;) yo ahora ando con La pentalogía del clérigo de R.A. Salvatore.

El Pinar dijo...

Yo he empezado " el niño con el pijama de rayas " que es cortito.

Anónimo dijo...

Bueno, otro gran libro apuntado y se me siguen acumulando, entre los que me voy a comprar en la feria del libro, los que recomiendas, los que tengo aún por leer y que no cojo porque no tengo ni tiempo ni ganas ni fuerza mental para meter en mi cabeza más palabras con las opos...
Saludos.
Nefer agobiada

El Pinar dijo...

Es verdad, mañana es el día del libro.
Nefer tranquila,con el temario de las oposiciones no tendrás tiempo para leer mucho. Ánimo con ellas.

Anónimo dijo...

Gracias Pinar, la verdad que ya va quedando menos y se nota el cansancio mental de un año y medio aquí dándole a los apuntes.

Jesús Lens dijo...

El del niño del pijama es, efectivamente, muy cortito. Pero intenso.

Este de los chinos es muy agradable, amable y cualquier otras expresiones que suenen a positivo.

El Pinar dijo...

Vale Jesús, te haré caso; viene bien leer libros positivos que te levanten el ánimo.

Anónimo dijo...

Muy "uhente": ¿alguien sabe algo del dichoso nuevo libro del Zafón? Yo ya le he leído cuatro libros suyos, los cuatro apasionantes, especialmente La sombra del viento, pero el nuevo... ¿qué se sabe?

Otra cosa: ¿de dónde ha sacado este hombre la txapela? Está de ver.
Y otra: El niño del pijama... me pareció un cuento tristísimo polivalente: para que niños hagan una lectura más en superficie y adultos lleguen a un nivel más profundo. Y si se hace la simbiosis niños + adultos (padres y/o maestros), mejor que mejor. Llevo varios meses diciéndoles a mis niñas de sexto (los niños están muy verdes) que lo lean. Al fin, hace dos días, una de ellas lo había conseguido y lo va a leer. Ya os diré.
Saludos
Rigoletto

Jesús Lens dijo...

De Ruiz Zafón no puedo opinar, pero el pijama a rayas, mola y en la entrada sobre esa novela, Tutato ha hecho unas consideraciones la mar de interesantes.