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CAMINO DE IDA

No sé, querido lector, en qué onda literaria te mueves. No sé si eres uno de esos sufridos lectores, capaces de aguantar que el protagonista de una novela tarde quince páginas en subir unas escaleras mientras medita sobre el ser y la nada o, al contrario, eres un fuguilla al que le encanta que pasen cosas en los libros.


Muchas veces, desde este lado del teclado, no sabemos cómo ni a quién nos dirigimos. Entonces, podemos escribir que “Camino de ida”, de Carlos Salem, es una novela cojonuda y, quizá, si eres de la facción plúmbeo-lectora, te mosquees conmigo y me consideres una persona frívola, poco seria e indigna de ser tomada en cuenta.

Porque en cuanto cruzas las primeras páginas de “Camino de ida”, publicada por la editorial Salto de Página, y transitas de la Argentina de 1911 al Marrakech del siglo XXI, te das cuenta de que estás ante una novela distinta, una novela espídica, loca, salvaje, libertaria, caótica, hilarante, demencial y, sobre todo, una novela fantástica. Una novela mestiza en que se mezclan géneros, paisajes y personajes. Una novela que transcurre en tiempos imposibles para convertirse en una feliz ucronía. Una novela global en la que los viajes, el fútbol y los traficantes se dan la mano en una trama imposible cuya lectura se hace ineludible y obligatoria.


Me lo había advertido Cristina, lectora voraz poco dada al elogio desmesurado: “Ten en cuenta que, cuando empieces a leerla, te quedarás sin vida social hasta que la termines”. Y tanto que sí. Una novela para leer de un tirón, dejando descoberturizado el teléfono móvil y poniendo el cartel de “No molesten” en la puerta de casa.

“Si hay miseria, que no se note”. Bajo esa premisa, un calzonazos llamado Octavio, que cree haber matado a su mujer en un hotel de Marrakech, iniciará una vertiginosa carrera delincuencial que le hará transformarse en el héroe proteico y desfacedor de entuertos que todos hemos querido ser alguna vez en nuestra vida. En su huida hacia delante, coincidirá con Soldati, un empresario y guerrillero argentino que se encuentra en una encrucijada, al haber fracasado su último negocio: vender helados en el desierto. Y entrará en escena un tal Charlie, hippie sesentón con una idea fija en la cabeza: cobrarle una deuda de honor al mismísimo Julio Iglesias.



Sí. Con esos mimbres se puede construir una novela. Hace falta, eso sí, sentido del humor y talento a raudales. Y de ambos está bien sobrado un Carlos Salem que, en “Camino de ida”, lo borda, a través de una prosa afilada y cargada de sentido.

“-Todavía no sé porque nos fuimos- objetó Octavio.”
-Porque siempre hay que irse, Octavio. ¿O es que a su edad todavía no sabe que la vida es camino de ida?”



Uno, a estas alturas, sí tiene plena conciencia de que la vida se vive una vez, de que hay que disfrutarla, reivindicando un Carpe Diem aplicable a todas y cada una de las esferas de nuestra existencia. Como es la del leer. Y, por eso, conmigo no cuenten para leerme tochos infumables de literatura trascendental. A mí, recomiéndenme muchos “Caminos de ida”, por favor. Les quedaré eternamente agradecido.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

PD.- Buscando documentación gráfica con que “decorar” esta entrada, me he dado de bruces con la feliz noticia de que Carlos Salem ya ha publicado, en la misma editorial Salto de Página, otra novela, de título tan sugerente como “Matar y guardar la ropa”, que ya apuntamos como de imprescindible adquisición...



PD II.- Nuestro socio de Cables Cruzados nos dice que la misma editorial tiene publicado un “Gólgota” de Leonardo Oyola. Pocas, pero intensas páginas, que no debemos perdernos. Venga. ¡Otra anotación en nuestro cuaderno!

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Jesus, para cuando la critica a la nueva novela de Raul Argemi.
Rodolfo

Jesús Lens dijo...

Rodolfo, ¿habrá algún momento mejor que este puente de Mayo, Día del Laburo, para dejarse llevar por la prosa de Raúl?

Anónimo dijo...

Jesús, me gustan las novelas relativamente cortas y con mucha sucesión de momentos y un pequeño espacio de tiempo.
El alargamiento de un capítulo y para engordar la novela, ¡ como que no !

Saludos sankarianos. Alfa79

Anónimo dijo...

La pintas tb que habrá q leerla :-).

Claro

Anónimo dijo...

Jesus quedo a la espera, hoy en Argentina es el dia del Animal ojala la pasemos bien. Si no nos leemos Feliz dia del Laburante para todos, chau.
Rodolfo.

Jesús Lens dijo...

Ya te contaré, Rodolfo. Hoy es mi día, pues.

Claro, claro que hay que leerla!!!

Anónimo dijo...

Este artículo viene que no pintado por la conversación que tuvimos el otro día de vuelta de la carrera de Alhama en la que te comenté que estaba leyendo por segunda vez "La sombra del viento".

Me lo apunto para leerlo... cuando acabe el que tengo entre manos.

Un abrazo

Javi

P.D.: ¿Nos vamos a comer un pescaito frito con unas cervezas, aunque sean frías, este puente?

Anónimo dijo...

Jesús, también de Leonardo Oyola y en Salto de Página, leer "Chamamé". La novela negra del siglo 21 la escriben estos pendejos turros que para colmo tienen la vida por delante.
Y feliz Día del Animal, Rodolfo.
Guillermo

Jesús Lens dijo...

Javi, atento mañana a esta bitácora, pero me temo que no.

Guillermo, tenemos que poner a esta Salto de Página entre nuestras preferencias, pues.

Oye, ¿nos podéis contar algo más del Día del Animal?

Cristina dijo...

Lo de Salto de Página es para tenerlo muy vigilado. Me tragué seguidas "Hasta que me orinen los perros" de Ampuero, "Chamamé" de Oyola y "Camino de ida" de Salem. Excepcionales las tres. Y ya tengo en el cargador "Gólgota", otra de Oyola, aunque como pille primero la segunda de Salem me parece que le voy a dar muuucha prioridad. Aaay, tanto por leer y tan poquitas horas en el día...

Anónimo dijo...

Jesus los argentinos tuvimos un presidente muy animalero, Sarmiento se llamo, que fundo la Sociedad Protectora de los Animales. El capo de esta sociedad era el Doc Albarracin hombre preocupado por el maltrato y extincion de los animales.
Todo esto fue puesto por ley en junio de 1891 y es ley en la ONU desde 1977.
Este Doc Abarracin fallecio el 29 de abril de 1926 y en su honor se conmemora el dia nuestro. Rodolfo

Jesús Lens dijo...

Gracias Rodolfo. Bonita historia!!!

Cristina, está claro que hay que poner en la lista de prioritarias a Salto de Página.

Ya mestoy mordiendo las uñas...